miércoles, 4 de febrero de 2015
O cú da curuxa
Aquel día empezó tranquilo, ante mis ojos se desplegaba controlado, hasta que al abrir la bolsita del Yogui-Te apareció esta cita:
"El miedo llama a la puerta..."
Al leerla, un angustioso tormento comenzó a abonar las raíces negras del pesimismo, como una "silveira" salvaje que no da fruto, lastima al roce con la piel, y amenaza con detener tu paso por donde ella crece.
La zarza es muy curiosa, de ella dicen que si la cortas, la podas y si la quemas la abonas. A la zarza hay que arrancarla, trabajo duro que no admite ser hecho a medias, pues es de naturaleza tozuda ...
En el arte de arrancar zarzas atemorizantes y plantar rosales perfumados ayuda el buscar cual es el potencial oculto del miedo, y cual es el condicionamiento que lo vuelve pesimismo en vez de coraje.
La Necesidad de trabajar el miedo me llevó durante ocho semanas de nuevo a Donatienne y su maravillosa casa "A Pousa".
Puedo decir, ahora que ya pasó, que fué un trabajo duro, que exigió que mi mirada se plantara, que regué con lagrimas alguno de los trabajos, que arañé con dedos agrietados la espada de las expectativas, pero valió la pena.
El miedo se desplegó como un arco iris de emociones ocultas tras él y pude apreciar la diferencia entre el miedo y la vergüenza,
entre ocupar un sitio in-continente y explorar como un viento el desmerecimiento,
buscar en lo enojoso un fermento de autoafirmación,
retratar los devoradores y los alimentos de mi coraje,
dar espacio para contemplar el paisaje propio,
aletear suavemente una alegría para mover un ciclón,
y observar las sombras definir las zonas claras.
Hay un enorme potencial en el miedo, entre sus lecciones están la prudencia, la aceptación de los límites propios y la confianza en el Saber del Ser.
Puede gritarte o susurrarte, bloquearte o lanzarte, para pedirte una cosa...No mires para otro lado!
Si tienes miedo, acéptalo, escúchalo, y permítete ver detrás, casi seguro que "ainda non é o cú da curuxa".
Yo sigo teniendo miedo, pero también tengo curiosidad...
El miedo llama a la puerta
La confianza abre,
fuera no hay nadie....
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